El Hotel de Inmigrantes de Tucumán: un edificio que guarda historias.
El periódico presenta al edifico donde hoy funcionan el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT) y el Instituto de Arqueología, como ejemplo de reutilización del patrimonio arquitectónico.
Arquitecto Luis Alberto Bruna Docente e Investigador del Instituto de Historia y Patrimonio de la FAU - UNT
A Jorge Luis Borges se le atribuye la frase “los argentinos descendemos de los barcos”, expresión que si bien fue criticada por la supuesta negación de la raíz americana de nuestra población, sirvió para ilustrar la importancia de la inmigración masiva en la conformación de la población argentina, proceso que se desarrolló desde mediados del Siglo XIX hasta comienzos del XX. En ese tiempo la Nación intentó integrarse al nuevo orden mundial según el rol que se le asignó en la división internacional del trabajo. Para ello demandó mano de obra a fin de ejecutar el proyecto de expansión del sector agropecuario; al tiempo que en Europa se produjo un alto índice de desocupación, como consecuencia de la tecnificación del agro y la Segunda Revolución Industrial. El Estado entonces desarrolló una fuerte política de fomento a la inmigración, y entre 1850 y 1870 llegaron al país 6.000.000 de personas atraídas por la esperanza de un futuro próspero. Como parte de esa política el gobierno creó los hoteles de inmigrantes para recibir, alojar y distribuir a los recién llegados.
Historia del Edificio:de Hotel de Inmigrantes a Museo de la Universidad Durante la presidencia del Dr. Miguel Juárez Celman, se envió al Congreso de la Nación el proyecto de ley 2205, por la cual el Poder Ejecutivo impulsó la construcción de trece hoteles para inmigrantes en distintas provincias, entre las que se encontraron Córdoba (Bell Ville), Entre Ríos (Paraná), Santa Fe (Rosario y Santa Fe), Corrientes (Goya) y Tucumán (San Miguel de Tucumán). El proyecto se fundamentó en la necesidad de contar con alojamientos para inmigrantes en lugares fácilmente colonizables, saludables, cómodos, ubicados para la distribución y población de futuros agricultores. Para ello se encargó al ingeniero Federico Stavelius de la Dirección de Migraciones el proyecto de dos prototipos, uno de primera categoría para 500 personas y otro de segunda categoría para 250 personas. El proyecto original para el tipo más grande respondía a un esquema de 4 pabellones dispuestos entre los bloques del frente y contrafrente con patios ajardinados, para ubicar a los solteros de ambos sexos y a las familias por separado. La fachada principal estaba estructurada por 4 cuerpos de acceso en forma de arco de triunfo y tramos intermedios con ventanas enmarcadas por molduras. El estilo de toda la composición se resolvió en un neoclásico italianizante con toques manieristas. La ley para la construcción se aprobó en octubre de 1887, en 1888 la Nación licitó las obras para el Hotel de Inmigrantes de primera categoría en Tucumán y la Provincia compró una manzana de terreno fuera del área urbana de los bulevares y próximo a la estación del Ferrocarril Central Córdoba para emplazar el edificio. Vale decir que la obra generó un fuerte impacto en la ciudad, que para fines del siglo XIX tenía una población de menos de 30.000 habitantes, de los cuales el 11 % eran extranjeros. Finalmente, debido a que los inmigrantes llegaron al interior del país con destinos prefijados, el Estado decidió suspender la construcción de los hoteles, en el momento en que en Tucumán se había terminado una parte del edificio, por lo que nunca se llegó a usar como Hotel de Inmigrantes. Ante esta coyuntura, la Provincia pidió a la Nación el inmueble para crear una escuela de Artes y Oficios para niños varones huérfanos con régimen de internado. Luego de completar la construcción y equiparlo para el nuevo uso, se inauguró el 29 de Septiembre de 1900. Meses antes se había usado el edificio como casa de aislamiento ante una epidemia de peste bubónica. En 1903 se diseñaron reformas para incorporar más alumnos. En 1905 debido a la intervención federal se alojó al Regimiento de línea que acompañó al interventor y en 1906 se retiró del presupuesto a la Escuela de Artes y Oficios, con el consiguiente cierre. En 1907 se destinó el edificio a internado de la Escuela Nacional de Arboricultura y Sacarotecnia. Mientras tanto, la ciudad seguía mostrando signos de progreso. En 1914 la escuela se integró a la flamante Universidad provincial creada por Juan B. Terán. Es interesante destacar que en la Ley de creación dada por la Legislatura Provincial el 27 de junio de 1912 la universidad previó contar entre sus Institutos Anexos con un “Museo de productos naturales y artificiales” y un “Archivo Histórico”. El 8 de octubre de 1929, con el nombre de Escuela de Agricultura y Sacarotecnia (EAS) pasó a depender de la UNT. El edificio ya adquirió su configuración característica y quedó equipado para la labor educativa. La escuela funcionó más de 60 años capacitando técnicos especializados en la problemática agrícola regional. En 1991 la EAS se trasladó a sus nuevas instalaciones en Horco Molle. En el viejo edificio se instaló el instituto de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales ocupando los espacios para realizar tareas de investigación y docencia. Se adecuó el edificio a las nuevas necesidades, consiguiéndose recursos para obras al ganar concursos de subsidios de las fundaciones YPF y Antorchas. En 1999 se creó la Comisión de Patrimonio de la UNT, por resolución 303 del entonces Rector CPN Mario A. Marigliano, la cual estuvo constituida por los Doctores Florencio Aceñolaza, Carlos Páez de la Torre (h), Celia M. Terán y Armando Legname; los Arquitectos Alberto R. Nicolini, Olga Paterlini de Koch y Marta Beatriz Silva y el Arqueólogo Carlos Aschero. La comisión retomó el proyecto del fundador de la UNT y a instancias del Rector Marigliano propuso la creación del Museo de la Universidad con el objeto de disponer de un lugar que reúna los objetos más notables que forman parte del patrimonio actual de la UNT. El 25 de abril de 2000 el Consejo Superior de la UNT creó por resolución 699 el “Museo de la Universidad Nacional de Tucumán, Dr. Juan B. Terán” y determinó para su funcionamiento el uso de los predios de la ex Escuela de Agricultura y Sacarotecnia. Durante seis años se trabajó a partir de los recursos materiales y humanos propios que disponía la UNT para el desarrollo del proyecto de puesta en valor del edificio histórico donde se iba a instalar el MUNT. Finalmente, gracias al esfuerzo de la UNT en el rescate y revalorización del edificio histórico y de la organización de una estructura científica, tecnológica, académica y administrativa para funcionamiento del museo, sumado al aporte de YMAD en lo relativo a obras y Banco de Galicia en el equipamiento, el 4 de mayo de 2006 se inauguró el MUNT, siendo su primer director el arquitecto Alberto R. Nicolini. En la actualidad, bajo la dirección de la Sra. Josefina Alonso de Andujar y con el apoyo de las actuales autoridades universitarias se está procediendo a completar el equipamiento y los espacios necesarios para el funcionamiento de las distintas áreas y se ha desarrollado una intensa gestión para insertar la institución en el circuito cultural de Tucumán. NOTA 2
El MUNT:Centro de referencia para la cultura del Noroeste Argentino.
“El museo es una institución permanente, sin finalidad lucrativa, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierto al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe para fines de estudio, de educación y de deleite, testimonios materiales del hombre y su entorno”. International Council of Museums. 1974
Cerca de cumplir un siglo de vida, la Universidad Nacional de Tucumán ha acumulado experiencia histórica y testimonios de esa trayectoria en docencia, investigación y extensión que constituyen un patrimonio extraordinariamente valioso que da cuenta de su propia actividad como de la que ha producido la actividad cultural de la región del noroeste argentino tanto en bienes inmuebles como muebles. El MUNT – Museo de la Universidad Dr. Juan B. Terán se creó con el objetivo de ser el Centro de Referencia para la Cultura del NOA a través del cual la comunidad pueda acceder al conocimiento integral de la cultura de la provincia y de la región. En casi dos años de vida el MUNT ha desarrollado una serie de actividades con el propósito de cumplir el objetivo propuesto, según lo que se describe a continuación. En lo que respecta a Adquisición, a pesar de las limitaciones de recursos, se ha procurado gestionar el incremento de un acervo propio, a través de convenios con distintas instituciones o particulares para transferir esculturas, obras y colecciones de pinturas, archivos y fondos fotográficos para ser guardadas en el área de Conservación donde se contará con los equipamientos, instalaciones y personal necesario para su correcto cuidado. También se trabaja en la formación de un fondo fotográfico propio a partir de una campaña para conseguir donaciones de Fotografías. En lo que se refiere a Conservación, el trabajo se ha enfocado en la creación del área y en la disposición espacial provisoria para contar con un mínimo de condiciones de ventilación y humedad a fin de ordenar y guardar las distintas obras. También se ha formulado el proyecto de arquitectura y se dirige la construcción de las instalaciones destinadas a conservación. Se participó en un concurso nacional de subsidios para museos de la DNPM, habiendo logrado un monto destinado a equipar parcialmente el taller de Restauración de Papel. Como tarea permanente de conservación y archivo se realiza el relevamiento fotográfico, digitalización y ordenamiento de las actividades y eventos realizados en el MUNT. Actualmente se está elaborando un proyecto interno con un plan y normativas de conservación para el personal del museo y un proyecto para fideicomiso de YMAD a fin de equipar el laboratorio de Fotografía. En lo que concierne a Investigación, el MUNT se ha abocado a dos tareas fundamentales: el inventario de los fondos fotográficos, y el relevamiento de los objetos museables de la UNT, a partir de la participación de la institución en la Comisión Especial para relevamiento del patrimonio de la UNT. Actualmente se está redactando un manual para inventario de dicho patrimonio. El campo que más se ha desarrollado es el de la Comunicación / Educación, puesto que la necesidad era mayor. Se puso toda la energía en insertar el MUNT en el circuito cultural de Tucumán, para lo cual se abrió la institución a distintas expresiones, complementarias de la exhibición y que han sido recibidas con gran aceptación por parte de la sociedad. A continuación se hace una descripción de las mismas. En cuanto a teatro se han realizado 29 puestas en escena, destinadas a una variedad de público amplia, desde el infantil al adulto. Se usó preferentemente la sala multimedia y en menor medida el patio central. Se destaca el ciclo de teatro leído y semimontado “El MUNT actúa”, que contó con la participación de destacados actores y directores locales. En lo referido a música se han realizado 25 espectáculos abarcando diversos géneros desde la cultura culta a la cultura popular. Destacaron los conciertos de música clásica, el “1º Encuentro de Trovadores” y el ciclo “Del mismo barco”, referidos a la promoción de la música de autor, con la participación de artistas locales, nacionales e internacionales. En lo que respecta a cine se desarrollaron tres ciclos, destacándose “El MUNT mira”, basado en el libro 1001 películas para ver antes de morir a partir de una selección de películas clásicas no comerciales o por temática, que seguirá este año. También se llevaron a cabo eventos culturales de características multidisciplinarias, ofreciendo a los visitantes la obra de artistas visuales y performáticos, lectura de poesías, presentaciones de libros y programas televisivos, y hasta un desfile de moda y música, culminando con una fiesta de gala de los artistas contemporáneos. Entre las acciones culturales y educativas destacan los talleres del proyecto “Busc-arte” sobre música autóctona, mitos y leyendas, artes plásticas y patrimonio cultural, destinado a los alumnos del segundo ciclo de EGB de las escuelas próximas al museo. También se realizó el taller de producción de historietas y humor gráfico “El MUNT dibuja”, abierto para todo público, y que tuvo aceptación entre los adolescentes. Merece destacarse la acción cultural denominada “libera un libro” experiencia destinada a facilitar el acceso a toda la población de libros donados a nuestro Museo, como integrantes del movimiento solidario internacional llamado bookcrossing.com. También se realizó una convocatoria fotográfica denominada “La foto que nos mira” destinada a aficionados y profesionales. También se realizaron conferencias y mesas panel con la participación de profesionales de diversas ramas (arquitectos, geógrafos, artistas, filósofos, ingenieros y periodistas) sobre temáticas varias desde un enfoque cultural (arquitectura, patrimonio, ciencia, arte, política y sociedad). El MUNT albergó distintas actividades académicas propias de la UNT y de otros sectores de la sociedad. Así se dictaron cursos y talleres especializados, se organizaron congresos y simposios y se dictó la Especialización en Gestión Cultural como carrera de posgrado de la UNT. También se realizó la proyección de videos, la mayoría de carácter documental como complemento de las muestras. Por último, lo más importante dentro de las actividades del MUNT, refiere a la Exhibición, donde se han montado 23 exposiciones desde su inauguración hasta fines de 2007, con una oferta temática amplia, pero con énfasis en el arte contemporáneo, lo que queda demostrado en las diez muestras montadas a lo largo del año pasado. El camino que marca el MUNT en el escenario cultural de Tucumán es una muestra de cómo a partir del trabajo colectivo e interdisciplinario, de la adecuada gestión y la voluntad política se pueden generar propuestas superadoras para los antiguos edificios, devolviéndole su esplendor y posibilitando su continuidad utilitaria en bien de la comunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario